martes, 26 de junio de 2012

Ahora solo quisiera pensar nuevamente con claridad…

¿He olvidado el camino y también el andar? O solo quiero olvidar el camino y el andar?, es verdad que mis frutos están maduros pero yo no estoy maduro para ellos?

Quien siempre se ha tratado así mismo con mucha indulgencia acaba por enfermar a causa de ello. Es el momento en que el alma se eleva lo que hace que el corazón y la percepción del mundo cambien en el hombre, pueden existir -como siempre- infinidad de posibilidades para cada cual, pero cuando se entra en la mas silenciosa de todas las horas se es necesario dejar de obedecer y se adopta como imperativo el mandar, pero sobre todo mandar sobre sí mismo, es así como, lo mas perspicaz de este momento del devenir es retornar a la soledad, es un camino ya recorrido pero ahora con una vivencia más extensa y esta soledad trae consigo un alejamiento de las casualidades y de las tierras extrañas.

Las pasiones inútiles de los hombres son en mi cada vez más lejanas, ahora solo deseo mi deseo propio, puesto en lírica:
Solo deseo ver las montañas alejarse con tu rostro
Soltar las velas y navegar en el océano del destino
Insuflar mi espíritu con otro céfiro
Y esperar los presentes del devenir como Ecce homo.

 Nada más se puede decir por ahora de todo este camino recorrido, la vida es generosa en cuanto su extensión y tal vez soy muy avaro para con ella y no le doy oportunidad de ser conmigo, todo esto me lleva a ver que en la soledad estoy tan placido como la gota de rocío que contempla el amanecer, pues está en si sabe que mutara y se expandirá a nuevos horizontes que le darán la posibilidad de ser gota nuevamente y tal vez porque no unido a otra alma una sola fuente de vida.

lunes, 9 de noviembre de 2009


*
Me encontraba como asistente al último congreso de filosofía latinoamericana realizado en Medellín y el día previo a la culminación del mismo, ya sin charlas que me apeteciera escuchar, decidí salir a caminar la ciudad; como es de suponer tome el metro para vivenciar la utilización de este sistema de transporte, lo que me llevo al metrocable, novedad de la ciudad en ese momento, imponente obra de ingeniería a los ojos de un neófito en el tema como yo, la organización, la buena voluntad de las personas que utilizaban este nuevo recurso tecnológico para su movilidad me dejo impresionado, se respiraba un aire de pertenencia hacia la obra, todos aquellos que lo utilizábamos por primera vez fuimos rápidamente instruidos en la utilización del mismo por varias personas en el proceso de abordaje, que por demás a esa hora del día era bastante ágil, curiosamente hube de subirme a la burbuja acompañado de dos habitantes de la ciudad uno bastante joven que también lo utilizaba por primera vez y un señor de edad adulta que ya había utilizado el servicio de metrocable, también iban con nosotros tres visitantes nuevos que provenían de la ciudad de Cali, ellos dignos hijos de la sociedad moderna con sus cámaras y demás aparatos tecnológicos, que no desentonaban en esta burbuja de metal, que lentamente empezó a ascender sobre la falda de una de las tantas montañas que rodean la ciudad, la sensación de vértigo se empezó a sentir en mi ser, que siempre ha sido reacio a todos este tipo de infraestructuras, este vértigo se disipaba mientras escuchaba los clicks de las cámaras de los caleños, me dispuse a deleitarme con el paisaje, en primera instancia vi una ciudad no muy diferente a la que habito, a priori encontré un gusto particular en lo que al desarrollo de esta urbe se refiere y recordé algunos relatos, epopeyicos,-por la forma que contaba mi abuelo- de cómo fue la formación de esta zona del país, vino a mi mente lo que significaba la fuerza de un pueblo que se une en torno al progreso.
Resulta ser, que este metrocable al que hago referencia, consta de tres ascensos en uno solo, es decir, tiene algo así como tres etapas de ascenso con una parada intermedia, en la primera etapa como relataba antes, me regocije bastante, a tal punto que dentro de la burbuja se gesto un aire de orgullo patrio en el cual todos alabamos las bondades del desarrollo de la ciudad, muy curioso resulto este instante, pues nos unimos en torno al ideal de la posibilidad de desarrollo en la ciudades que habitábamos los bisoños visitantes de la obra; al darse inicio el segundo ascenso, el paisaje cambio radicalmente, ya debajo nuestro, no se dibujaba una ciudad que se pareciere a la que nosotros habitamos, esta ya era otra ciudad, las casas eran de construcciones precarias, las calles no estaban pavimentadas, había de aguzar la vista para captar con detalle el desorden que ofrecía esta parte de la ciudad, tejados con escombros, mucha ropa tendida por todos lados, los niños semidesnudos correteaban por polvorientas calles, que infundían un cierto temor, un grupo de muchachos capto rápidamente mi atención, pues, se encontraban agazapados en una esquina, en sus rostro hube de percibir algo de angustia -me recordaron a Vladimir y Estragón- estaban allí sin hablar mirando fijamente las burbujas del metrocable que pasaban, como esperando algo, el joven que me acompañaba en el viaje se percato de mi interés en ellos, a lo que me cometo en voz baja mirando a los caleños y con algo de complicidad: “si ellos se bajan aquí, chau cámaras”, esboce una sonrisa nerviosa, inmediatamente llegamos a la estación de parada en la mitad del recorrido, el señor se apresto a que consideráramos seguir el recorrido y no bajarnos en este lugar, a lo que obedientemente asentimos y proseguimos este dantesco viaje, que inicio su último ascenso, ahora el panorama era aun más deprimente fuera de la burbuja que nos protegía de la realidad, esta parte de la ciudad era aun mas apesadumbradora, no se distinguía entre calles y casas era como un solo techo de latas, donde algunos orificios entre ellas permitían ver los ojos de algunas almas que parecían gritarle a la burbuja que las sacara de allí, el ambiente se hizo más tenso afuera y dentro de la burbuja, los clicks dejaron de sonar, callamos al unisonó, es como ver otro país, el país que uno cree que no existe, que cruel es la realidad de una nación cuando se le mira a los ojos, -pensé-, mis pensamientos fueron abruptamente rotos cuando con una repentina fuerza el muchacho y el señor empezaron a contarnos historias sobre las cosas terribles que nos podrían suceder si estuviéramos caminando por allí, los caleños por primera vez en el recorrido no musitaron palabra alguna, yo particularmente, quería huir lo más rápido posible, llegamos al tope del recorrido, en un silencio extraño, creo que a ninguno de nosotros se le ocurrió bajarse en esa parada.
La burbuja inicio el descenso de la montaña y por unos minutos proseguimos en silencio hasta que en un tono conciliador, el señor dijo: “pero hay que ver, como el metrocable ha ayudado a esta pobre gente”, no pude más que asentir con la cabeza y dejar ver una sonrisa de aceptación al comentario, no he de contar el resto del recorrido, puesto que no lo recuerdo, mi mente para ese momento era una tormenta de pensamientos.
De regreso a la Universidad de Antioquia (allí se realizo el congreso), opte por caminar y pensar en el hecho mismo, me abstraje del mundo en una horrible depresión y al llegar a mi destino, me he encontrado con un amigo nativo de Medellín (asistente también al congreso), que percibió lo acongojado que me encontraba y me inquirió en el porqué, a lo que le conté lo anteriormente relatado; he quedado yo perplejo ante la carcajada que soltó este al finalizar mi historia, le dije que no me parecía gracioso, y entonces, el me ha dicho: “hombre amigo mío, los pobres son pobres porque quieren ser pobres, esa gente esta así porque lo desea, no anhela nada más de lo que tiene porque no conoce nada más, así son felices,-me dijo- y remato con, por eso creen en Dios”.
Este suceso de mi vida me ayudo a entender buena parte de los conceptos de Marx, pues luego del mismo, me di a la tarea de leer algunos textos del autor, -digo yo- buscando alguna solución a los problemas que enfrenta esta nación que no queremos ver, y de alguna manera también para contradecir a mi amigo antioqueño que aducía “que la gente es y vive así porque quiere”; después de leer muchas cosas encontré que ya en la época indígena, los chibchas, dejaron ver algunos elementos socio-culturales, que bien pueden encajar dentro de la postura marxista, ellos por ejemplo, tenían un sistema de producción bastante sólido en el cual encontraban esa directa correlación con la naturaleza que aduce Marx en El Capital, la industria primaria en lo que a orfebrería y explotación de minerales se refiere esbozaba un desarrollo industrial acorde a las necesidades del entorno y que los españoles a su llegada notaron rápidamente, “Es gente de mediano ingenio para hacer cosas artífices como hacer joyas de oro y remendar las que ven en nosotros, y en el tejer de su algodón, conforme a nuestros paños, para remedarnos; aunque lo primero no lo hacen tan bien como los de Nueva España, ni lo segundo tan bien como los del Perú” ; ya en lo comercial se puede asumir que el intercambio intertribal era un elemento importante en lo que al desarrollo de las fuerzas productivas hace mención.
En cuanto a lo social, según Francisco Posada: “La sociedad chibcha vivía en el siglo XVI una época de transición(…). De ahí que no se encuentre ni propiedad comunitaria típica, ni propiedad privada típica; hallamos mas bien, una escala de matices: vieja propiedad comunal, sementeras de caciques y otras dignidades trabajadas por indígenas, parcelas individuales cuyos modos de apropiación aun no ha sido determinado.(…) Pudimos localizar un importante tráfico comercial, aspecto significativo del avanzado desenvolvimiento de las fuerzas productivas de estos grupos –“avanzado” en comparación con sociedades bárbaras o neolíticas clásicas, o mejor, con ciertas exposiciones de la propia cultura chibcha que conllevan evidentemente su desmedro(…). De ahí que aventuráramos la hipótesis de que el papel que eventualmente podría juzgar el estado habría de ser decisivo para el desarrollo económico de los Muiscas.”
Ahora bien, como dejo ver en el acápite anterior, las comunidades indígenas nuestras ya proponían un sistema socio-económico que se asemejaba a lo que son los conceptos de materialismo histórico, plusvalía y demás elementos que componen la teoría de Marx, pero estos, no se desarrollaron en plenitud en nuestra tierra por las razones históricas que todos conocemos, ya en el pasado siglo la izquierda política se alzo como opositora del sistema capitalista fundamentándose en los principios marxistas, pero sin la fuerza necesaria como para que germinara mas allá de pequeños círculos, puesto que el hombre de la Colombia del siglo XX y de este siglo, es un hombre que ya nace enfermo de capitalismo, se entrega a la esperanza featica del mundo metafísico donde todo su sufrimiento será recompensado y entonces se hace de una falsa moral y se arroja al mundo de las cosas, dejo de pensar por sí mismo, no vio a la filosofía como algo factico, la dejo fallecer agónicamente en la academia, la revolución del proletariado fue y es simplemente un discurso que debe ser analizado desde una perspectiva escolar, como algo que se da o dio en otras regiones planetarias, pero que nunca germinara en nuestra sociedad, porque, aquí tiene razón mi amigo antioqueño, “estamos felices, como estamos”; ¿para qué pelear por causas que van a ser derrotadas por titanes capitalistas como el metrocable?.

domingo, 4 de octubre de 2009

Ideas sobre el nihilismo en Nietzsche.



Se puede decir de manera prolija que el nihilismo es una postura filosófica que se fundamenta en la negación de los valores asceticos lo cual ya es un improperio a lo que desde mi interpretación es el nihilismo en Nietzsche, entiendo que para “el crucificado”[1], el nihilismo es un estado necesario para llegar al superhombre, “Zaratustra bajó solo de las montañas sin encontrar a nadie. Pero cuando llegó a los bosques surgió de pronto ante él un anciano que había abandonado su santa choza para buscar raíces en el bosque. Y el anciano habló así a Zaratustra: No me es desconocido este caminante: hace algunos años pasó por aquí. Zaratustra se llamaba; pero se ha transformado. Entonces llevabas tu ceniza a la montaña: ¿quieres hoy llevar tu fuego a los valles? ¿No temes los castigos que se imponen al incendiario? Sí, reconozco a Zaratustra. Puro es su ojo, y en su boca no se oculta náusea alguna. ¿No viene hacia acá como un bailarín? Zaratustra está transformado, Zaratustra se ha convertido en un niño, Zaratustra es un despierto: ¿qué quieres hacer ahora entre los que duermen?”[2], el nihilismo es la aceptación de la necesariedad de cambio en el ser, es el que permite al ser hacerse superhombre y le da el valor de ir a depositar la ceniza de la verdad eterna a la montaña, el nihilismo en Nietzsche es despertar a la vida.


Pero, el despertar a la vida es “el eterno retorno de lo mismo”, lo que quiere decir, que cuando se abandonan las verdades impuestas por los nobles, se abandona también el camino de la cómoda eternidad, se da inicio al sufrimiento, desertan las apariencias y sus falsas significaciones que han sido heredadas y se llevan adheridas a la conciencia, es ser médico y arcángel perpetuo de uno mismo.


Ahora, no considero ver el nihilismo de Nietzsche como un método sistemático dentro de un estado evolutivo, pues es esto claramente lo que el nihilismo niega, la sistematización evolutiva del ser en la historia, porque para él esto detenía el fluir de la vida y lo predisponía al búsqueda de la unicidad de la verdad; entonces este estado como lo he llamado al nihilismo de Nietzsche, es en sí un “estado de superación”.


I


“¿Qué es el mono para el hombre? Una irrisión o una vergüenza dolorosa. Y justo eso es lo que el hombre debe ser para el superhombre: una irrisión o una vergüenza dolorosa. Habéis recorrido el camino que lleva desde el gusano hasta el hombre, y muchas cosas en vosotros continúan siendo gusano. En otro tiempo fuisteis monos, y también ahora es el hombre más mono que cualquier mono.”[3] El hombre se niega la posibilidad de vivir mientras se encuentre cómodo en la mentira de la eternidad, al hombre gregario le satisface su sumisión ante la voluntad del ser, el no pretende perder la fe en el absoluto, pues todo queda redimido a simplemente ver el mundo con los ojos del creador soñarse a imagen y semejanza del mismo, de esta manera justifica su existencia, al hombre gregario no es más que el mono de otros hombres que decidieron ir más allá de sus posibilidades sin abandonar la realidad, estos hombres fueron en algún momento de su existencia nihilistas, se autodeterminaron ellos mismos y establecieron el coliseo teológico que es la verdad del ser; las palabras de Zaratustra son un grito desesperado para que este hombre gregario despierte a la vida, que abandone ese ideal Apolíneo y en mejora de sí mismo y de su ser, se deje llevar por la realidad dionisiaca que existe dentro de él, que le permita a su instinto florecer.


Este hombre-mono ve la realidad desde lo Apolíneo, lo místico, lo etéreo, lo onírico, desde una no-realidad, “la bella apariencia del mundo onírico es su reino: la verdad superior, la perfección propia de esos estados, que contrasta con la sólo fragmentariamente inteligible realidad diurna, elévalo a la categoría de dios vaticinador, pero también ciertamente de dios artístico. El dios de la bella apariencia tiene que ser al mismo tiempo el dios del conocimiento verdadero.”[4], de esta manera el hombre-mono, se redime así mismo todos los días en la esperanza del más allá.


Lo Apolíneo de Nietzsche toma bastante fuerza en lo que al nihilismo de este se refiere puesto que es necesario que el hombre se vea así mismo como partícipe de este no-estado, para reafirmar la negación de la verdad, de alguna manera, esta negación trae consigo admitir que esta visión por más bella y placida se presente no permite tomar la barca que navegara en el rio del devenir; es asumir la vida, quien niega la verdad de la nobleza se autorevela asimismo en su propia voluntad, se enfrenta a su propia alma y se tiene que considerar tridimensionalmente para luego unificarse finalmente en una sola dimensión perpetua, como en algún momento lo pensó Zaratustra: “Oh alma mía, yo te he enseñado a decir «Hoy» como se dice «Alguna vez» y «En otro tiempo» y a bailar tu ronda por encima de todo Aquí y Ahí y Allá.” [5]; la temporalidad de la historia y la manera como le llega al hombre-mono es la que no le permite sobredimensionarse en sí mismo; como es claro dentro de los ideales apolíneos no es necesario cuestionar la verdad porque esta ya le fue dada a quien era merecedor de recibirla para que este a su vez la de a conocer a los hombres igualmente merecedores y todo aquel que ose exponer su verdad y hacer por cuenta propia su voluntad, será expuesto a un dolor prometeico, es claro que la divinidad castiga en pro de un aprendizaje, de lo contrario, no estarían presentes las ninfas en la realidad de Prometeo.


Ahora bien, la temporalidad del ser en si mismo también hace parte de la negación dentro de este “estado de superación”, puesto que el tiempo del hombre-mono es determinado por las condiciones en las que este se desarrolla como ente, -y llamo al hombre-mono “ente” para ubicarlo en un plano espacial heidegeriano-, es decir, el ente para dejar para dejar de ser ente y llegar a ser el “ser”, debe asumirse como ente y superarse al mismo tiempo, cuando se admite que no existe un más allá sino que todo lo posible es solamente dado en el ahora, se ha negado cualquier posibilidad de verdad absoluta pues todo se convierte en verdad, la vida se torna vida en sí, pero el devenir está cargado de matices que continuamente varían y hacen de la vida una praxis de las emociones, es allí donde precisamente en esa emocionalidad, donde el ente encuentra el ser dentro del nihilismo, pero no me refiero a una emocionalidad ideal, hablo de una emocionalidad fáctica, que va al extremo mismo de la emoción, al límite de la vida misma.


II


El “eterno retorno de lo mismo” es el fundamento del nihilismo en Nietzsche, dado que este eterno retorno es la búsqueda y la negación del “Ursprung”[6], para poder negar todo el conjunto de valores y verdades que han sido establecidos en la apariencia, es necesario indagar en el origen de estos valores y la mejor manera de negarlos es, entregarse a la vida.


Nietzsche establece que este origen es establecido por aquellos en los que la voluntad de poder aflora como consecuencia de su instinto mismo de superación, es el superhombre el que determina la verdad. Pero entonces, ¿porque buscar un nuevo superhombre cuando este ya ha sido dado?, porque para Nietzsche, el superhombre que se dio se asumió olímpicamente en la verdad y determino un estado apolíneo en el cual los otros hombres son un instrumento de su voluntad.


Puesto que la verdad se presenta como apariencia, el “eterno retorno de lo mismo” es el abandono de la apariencia, la negación de esa verdad, es incurrir en el error que ha sido supeditado a la causa efecto de la razón, esta causalidad razonablemente determinada se arraiga en la conciencia del hombre gregario y no le permite desarrollar su voluntad de poder, no le deja entregarse a la vida.


Es el tiempo el que instituye la historia y la verdad de la misma y es contra el tiempo contra lo que le nihilismo mantiene una constante lucha, en el “eterno retorno de lo mismo” el devenir se hace permanente, en palabras de Nietzsche; «Imprimir en el devenir el carácter del ser - esto es la suprema voluntad de poder»[7] ; lo que fue y lo que es, confluyen en el “eterno retorno de lo mismo” en el ser, ahí está la génesis de los valores que el hombre posee, es aceptar que se fue, pero que aun no se “es”, puesto que solo al entregarse a la voluntad de poder se “es” vida.


Nietzsche afirma que la historia no puede ser llevada a un plano dialectico totalizador, este sostiene que la historia debe ser interpretada en sus diferentes momentos para lo cual es imperioso abandonar la temporalidad de la misma y se debe buscar ahí en ese espacio-tiempo la verdad del suceso pero no como fenómeno sino como hecho dado, el nihilismo de Nietzsche esta cargado de múltiples interpretaciones de la historia lo que trae consigo una inmediata negación de la verdad establecida y se gestan multiplicidad de interpretaciones o verdades, lo que antes era apariencia se convierte en sufrimiento, porque el camino a la verdad está plagado de aberraciones en las cuales el hombre ha dejado ver su venganza; venganza de la cual “el crucificado” propone alejarse en búsqueda de un superhombre capaz de bajar de la montaña para adentrase al mundo de los dormidos y despertarlos de su letargo.


“Quieres marchar, hermano mío, a la soledad? ¿Quieres buscar el camino que lleva a ti mismo? Deténte un poco y escúchame. «El que busca, fácilmente se pierde a sí mismo. Todo irse a la soledad es culpa»: así habla el rebaño. Y tú has formado parte del rebaño durante mucho tiempo. La voz del rebaño continuará resonando dentro de ti. Y cuando digas «yo ya no tengo la misma conciencia que vosotros», eso será un lamento y un dolor. Mira, aquella conciencia única dio a luz también ese dolor: y el último resplandor de aquella conciencia continúa brillando sobre tu tribulación. Pero ¿tú quieres recorrer el camino de tu tribulación, que es el camino hacia ti mismo? ¡Muéstrame entonces tu derecho y tu fuerza para hacerlo!”[8]. Soledad, lamento y dolor son verdades implantadas en el mundo aparente; pero siempre con la esperanza clara de que en el más allá se encontrará la paz, la felicidad, la belleza, la verdad absoluta, la suprema conciencia; para mitigar el dolor de la realidad el gregario asume la ética y la moral del rebaño como fundamentos de su existencia, él está cómodo con esta normatividad, porque abandonar estos normativos ideales trae consigo la exclusión del rebaño, el juicio, el señalamiento; a lo que el gregario no quiere llegar mientras persista la posibilidad del Olimpo. Esta posibilidad limita la existencia del hombre en cuanto pierde el ímpetu de la su voluntad, Nietzsche va a decir que solo quien posee el ímpetu de enfrentar el castigo divino es realmente libre, establece así su andar en búsqueda del superhombre.


III


“En un mundo estructurado de esa forma y artificialmente protegido irrumpió ahora el extático sonido de la fiesta dionisíaca, en el cual la desmesura toda de la naturaleza se revelaba a la vez en placer y dolor y conocimiento. Todo lo que hasta ese momento era considerado como límite, como determinación de la mesura, demostró ser aquí una apariencia artificial: la «desmesura» se desveló como verdad.”[9] La voluntad de poder derrumba completamente los limites de los hábitos, se abre paso como un carnaval dionisiaco en el hombre, le permite ver su mundo desde lo más alto de la montaña, se enmaraña en sus sentidos y en su razón, lo embriaga y enceguece, pero también lo determina, lo afirma en el ahora.


El cáliz apolíneo a la mañana siguiente produce remordimiento y culpa, lo que lo sume al hombre en un estado de quietud porque los ojos del Olimpo pueden estar puestos en cualquier parte por ende es mejor “ser” mesurado en la praxis; el trago dionisiaco le produce al hombre un nuevo sentido, le da el ritmo para entregarse por completo a lo que el mundo en su perpetuo movimiento propone, la danza dionisiaca del devenir le lleva al hombre a convertir sus pasiones en virtudes y sus demonios en ángeles.


El nihilismo de Nietzsche hace del hombre un actor que se representa así mismo en una perpetuidad dualidad apolíneo-dionisiaca, en este estado nihilista el hombre hace exégesis de sí mismo y reconoce tanto sus bondades como sus venganzas, el alejamiento de la culpa es necesario para romper los imperativos que el hombre a establecido en su realidad.


Cuando el hombre devela la apariencia y se entrega a la vida, entra en un estado de dolor dado que la vida deviene de manera particular y le enfrenta a lo que el tenia como verdadero, el mundo suprasensible es eliminado del hombre, entonces queda este solamente vivo en un estado de individualización, porque la voluntad de poder es el Ursprung” del “Übermensch”[10].


IV


El nihilismo lleva al hombre a negar esa moral que está cargada de verdades inconsistentes e incongruentes y que hasta en sus procesos hermenéuticos es engañosa y que finalmente ha determinado lo que es bueno y malo; el nihilista odia de manera acervada los ideales platónicos de belleza, bondad y verdad, todos estos sentimientos de culpa, amor, piedad, etc., son extirpados de la facticidad del hombre en “estado de superación”.


El nihilista propone una transvaloración que se da inicio en sí mismo, no es una filosofía académica, el nihilismo que propone Nietzsche es una filosofía de la praxis, los nuevos valores se dan en el devenir del hombre nihilista, en lo que es en lenguaje vulgar, “la realidad”, pero la realidad es una jungla donde solo el hombre de voluntad de poder deviene, en este proceso de transvaloración se accede de manera violenta consigo mismo y con el mundo, para consigo mismo el hombre que deviene sufre pues la corporalidad y la vitalidad sucumben a la voluntad del saber; y para con el mundo puesto que solo de manera impositiva se puede establecer una nueva verdad, ya lo hicieron los aristócratas griegos al determinarse como “los veraces”: “Toda elevación del tipo «hombre» ha sido hasta ahora obra de una sociedad aristocrática - y así lo seguirá siendo siem­pre: es ésa una sociedad que cree en una larga escala de jerar­quía y de diferencia de valor entre un hombre y otro hombre y que, en cierto sentido, necesita de la esclavitud. Sin ese pa­thos de la distancia que surge de la inveterada diferencia entre los estamentos, de la permanente mirada a lo lejos y hacia abajo dirigida por la clase dominante sobre los súbdi­tos e instrumentos, y de su ejercitación, asimismo perma­nente, en el obedecer y el mandar, en el mantener a los otros subyugados y distanciados, no podría surgir tampoco en modo alguno aquel otro pathos misterioso, aquel deseo de ampliar constantemente la distancia dentro del alma misma, la elaboración de estados siempre más elevados, más raros, más lejanos, más amplios, más abarcadores, en una palabra, justamente la elevación del tipo «hombre», la continua «auto-superación del hombre», para emplear en sentido sobremoral una fórmula moral.”[11]


V


En última, el nihilismo de Nietzsche es, la negación de esos valores suprasensibles impuestos por la aristocracia creadora de verdades, es una propuesta de revolución al hombre gregario para que haga su espacio vital donde su voluntad de poder fluya.


Es, un estado de transición necesario, momento en el cual lo dionisiaco aparece en el hombre y se convierte en voluntad de poder, la razón cede al instinto, el amor se doblega ante la pasión, la academia es insignificante frente al burdel, es presenciar la muerte de Dios sin flexionar las piernas, pero he aquí que también es un estado de extrema soledad, donde lo siguiente es el superhombre.


[1] Manera en la que firmaba algunos textos Friedrich Nietzsche. N.A.

[2] Así habló Zaratustra, Prólogo de Zaratustra.

[3] Así habló Zaratustra, Prólogo de Zaratustra.

[4] La visión Dionisíaca del mundo.

[5] Así habló Zaratustra; Del gran anhelo.

[6] Literalmente el salto originario, como del ser a la existencia; la fuente, el comienzo, el principio, el origen.

[7]La voluntad de poder, Recapitulación.

[8] Así habló Zaratustra; Del camino del creador.

[9] La visión Dionisíaca del mundo.

[10] Superhombre.

[11] Más allá del bien y del mal; ¿Qué es la aristocracia?

domingo, 10 de mayo de 2009


 

 

Adoctrinamiento del ser político

 

 

¿Qué es la política?

 

Es el abandono de la barbaridad o la aceptación de la civis? O las dos cosas en un contexto histórico diferente?. Me inclino particularmente por el último considerando que es en la praxis y el lenguaje que se es político o no. Las transformaciones del mundo se han dado desde la imposición de ideologías en las que siempre ha estado presente el lenguaje como catalizador de las mismas, ahora bien estos cambios se dejan ver siempre en la generación siguiente desde una cotidiana adaptación del lenguaje, entonces el nuevo sujeto  por medio del lenguaje es adoctrinado en la transformación del momento siendo el lenguaje el medio que determinara el quehacer político de este nuevo sujeto, por consiguiente al sujeto se le adopta como ciudadano dentro de la transformación que se gestó, cabe aclarar que estas transformaciones o lo que prefiero considerar como “cambios actitudinales frente a los hechos de otros”, se dan de manera particular en un determinado momento histórico y los gestores del cambio suelen afianzarse en su posición,-reitero- utilizando el lenguaje como medio de sus fines y en algunos casos (por no decir que todos), esta ratificación del cambio se ejerce desde la violencia que trae consigo una imposición del lenguaje lo que determina que el nuevo ciudadano deberá estar acorde con el nuevo cambio desde lo que voy a llamar “el adoctrinamiento del ser político”.

 

Entonces la política se convierte en un  medio para justificar el adoctrinamiento del ser, esta política es pública por consiguiente se da en un ambiente democrático que tiene implícito un marco legal que inhibe la voluntad del ser, porque finalmente la política es involutiva en la educación.   

 

 

 

Adoctrinamiento

 

Si «no sólo estamos en el mundo, sino que formamos parte de él»[i] entonces debemos asumir que al llegar al mundo somos libres y el mundo es nuestro, pero somos dependientes, para poder sobrevivir debemos interactuar de manera sistemática con el otro dado que carecemos de herramientas fisiológicas para comunicarnos y es a través del lenguaje-símbolo que empezamos a entender el mundo. Este mundo se nos presenta lujurioso presto y cálido, es el nuevo útero pero este nuevo espacio está cargado de objetos ante los cuales nos entregamos instintivamente -dentro de las condiciones de nuestro entorno-  y  es allí donde empezamos a reconocer al otro  porque el nuevo útero es compartido con otros, estos otros son de quienes depende el hombre[ii] en estos primeros momentos en el mundo, lo que sobrepone un conflicto de la voluntad.

 

Y he aquí que esta incitación del nuevo útero nos lleva al conflicto con el otro por nuestra falta de desarrollo en el lenguaje nuestra voluntad se determina a coexistir con el otro y desde allí se empieza a entender el mundo pero en una concepción ajena, el hombre no reproduce el mundo como instintivamente lo recibe sino que es adoctrinado en el mundo del otro que ya es una verdad en sí.

 

Esto nos lleva directamente a ver al hombre como sujeto político desde la experiencia o la memoria misma[iii], a este hombre nuevo se le hace entender un mundo viejo, pero la voluntad en los primeros años es mas caudalosa  en el propio hombre y cuando este empieza a ser dueño de su corporalidad se deleita en la experiencia pero siempre bajo el ojo observador del otro que es quien determina que esta nueva experiencia sea válida dentro de la experiencia previa que de hecho ya carece de voluntad propia, dado que el momento histórico se está dando para este otro de manera diferente, el devenir  del otro  debe ser asimilado por el hombre nuevo pues de no ser así no encajaría en los parámetros conductuales establecidos previamente por la transformaciones, pero el hombre nuevo es curioso y deja que la voluntad aflore y guarda en su memoria la experiencia lo que lo hace prudente en su cotidianidad, pero esta prudencia se da también desde la imposición del otro a partir del uso del lenguaje que se convierte en el eje de la interacción de un hombre que comienza a hacerse viejo desde la concepción ya viciada de otros viejos.

 

 

Ser político

 

Es entonces la política no una opción en los primeros años sino un adoctrinamiento que doblega la voluntad dado que el desarrollo del pensar en el hombre no es fundamentado desde el entorno primario y el lenguaje común se abre paso para la interpretación de la norma. Y este lenguaje común se auto fortalece en la escuela que no es asumida como espacio de desarrollo de la voluntad, sino es establecida como espacio de represión del instinto mismo,- recordemos que esta ingeniosa idea se la debemos a la academia en la cual el recién iniciado sólo podía asistir  como escucha y solo hasta el quinto año podía intervenir, claro que este modelo fue modificado en la edad media por la escolástica-; el tiempo libre del nuevo hombre le es dado en un contexto de “formación”, porque en palabras de Hobbes, “Los niños no están dotados en absoluto de razón hasta haber alcanzado el uso del lenguaje, pero se denominan criaturas razonables por la posibilidad aparente de utilizar la razón en el futuro”[iv]; este nuevo hombre empieza  entonces a ser un sujeto adoctrinado por una voluntad doblegada que se da en el lenguaje y se justifica en el poder de la voluntad del otro.

 

El poder de la voluntad del otro que ya ha sido previamente adoctrinado se convierte en el nuevo hombre en ley a partir de la definición de bien y mal, bajo la sombra de este par de conceptos reposa el devenir del nuevo hombre y este es conducido al adoctrinamiento de su instinto, es entonces cuando el mundo deja de ser lo que es y se convierte en el mundo que debe ser y en este otro mundo existe algo nuevo para el nuevo hombre, el miedo, que se presenta con el nombre de futuro puesto que el nuevo hombre tiene una acumulación de signos[v] que le llevan a interpretar el mundo de la manera en la que ha sido “formado” y esta formación ha dejado en algún momento ver su más bello rostro “el castigo”, este nuevo concepto de castigo lleva a ver al otro como el dueño absoluto de la ley a partir del uso del lenguaje que le da este último “porque la ignorancia está situada entre la verdadera ciencia y las doctrinas erróneas”[vi] y dependiendo del contexto en que se desarrolle el nuevo hombre la ley es argumentativa o represiva o una mezcla híbrida de lo que suelen llamar los tradicionalistas afecto, lo simpático de este afecto es que se da en una universalidad definida por la ciencia y esta última determina lo que suele llamarse evolución.

 

Entonces si el hombre evoluciona es por el descubrimiento de más significaciones que se brindan en la ciencia misma, la tradición y en mi entendimiento del mundo la  más importante de todas, la vitalidad. Pero es en la vitalidad donde la voluntad de poder adquiere mayor importancia, la evolución que  se debe a incurrir en el error  da un uso del lenguaje y lo convierte en verdad, es aquí donde asumiendo la formación el nuevo hombre inicia el camino de ser político dentro de una verdad ya dada en significaciones atemporales para con el nuevo hombre.

 

Desde el proceso formativo que en nuestro tiempo es considerado ciencia se doblega la voluntad del sujeto en la medida que se reprime el instinto del error tanto en el uso del lenguaje como en la praxis, lo anterior involucra tanto al sujeto que está en formación y al sujeto que forma -que reitero-, ha sido previamente formado por consiguiente ya tiene una idea propia del mundo y no es de extrañarse que ya este viciada, el sujeto formador hace parte de un Estado[vii] que en últimas lo que pretende es la productividad del sujeto, esta productividad evitará que el sujeto se convierta en un bárbaro, pero esta manera de percibir el Estado por parte del sujeto detona en actos anárquicos y legitima la violencia impuesta por el estado, es entonces en la legitimidad de un devenir pragmático que el sujeto se convierte en un ser políticamente correcto.

 

Adoctrinamiento del ser político

 

El adoctrinamiento del hombre como ser político se da en tres espacios: la vitalidad, la escuela y el entorno (familia, casa, barrio, ciudad, país, mundo), en este último, la familia como ente formador  se fundamenta en la tradición, el lenguaje  es simple dialéctica histórica, aquí se premia con afecto represivo, es decir, el hombre que ejerce el poder en ese espacio determina el actuar de los que cohabitan con él sin posibilidad de objeción, dependen  no en lo afectivo sino en lo económico lo que en la significación del sujeto induce no  a ser productivo sino a poseer, el tener es deseo de libertad o como lo diría Nietzsche “Se desea la libertad en tanto no se tenga el poder”[viii] , la significación de poder se arraiga en el sujeto y cobra inmensa valía dentro del entorno mismo se asimila el poder como principio de calidad de vida.

 

Ahora el mundo que incluye la casa, el barrio, la ciudad, el país, confluyen en nuestro tiempo en la globalización que derrumbó las fronteras ha llevado al sujeto a descubrir el mundo de una manera diferente a la generación anterior, y esta aun se niega a la transformación de la historia y les cuesta asimilar la imposición tecnológica, hay que ver que la voluntad del hombre poderoso en el entorno familiar se doblega ante la voluntad del estado por ende él ejerce las veces de estado en su entorno primario desde los ideales platónicos de bien, belleza y verdad, que no son más que neblina sobre el amanecer del sujeto para formarle el habito de la tradición lo que hace que este conflictue con el entorno que emana en la globalización, este le invita a deshacerse de las limitaciones ideales y le brinda oportunidades para ejercer su voluntad de poder.

 

Gran parte de la historia del sujeto se realiza en la escuela donde en el proceso de formación se hace hombre, esta transformación del hombre se da en un contexto de socialización que está impregnada del veneno que inyecta el poder y se busca siempre ser un homo homini lupus[ix], el problema radica que en la escuela el poder se ejerce de manera distinta y es aquí donde debería germinar la voluntad de poder del hombre pero no es así puesto que en el devenir “quien no está en condiciones de mandarse a sí mismo ingresará en la categoría de quien obedece”[x].

 

El uso del lenguaje en la escuela se da en el poder pragmático, se vuelca este al discurso ético que se impone a partir de normas que demarcan el camino de la legalidad del nuevo ser político, por ejemplo, en los manuales de convivencia de las instituciones educativas, en las leyes y planes sobre educación  es donde el Estado justifica su poder sobre la voluntad del hombre y en nuestro entorno toda esta planificación carece de fundamentos morales y  es desde el deber que se adoctrina el quehacer político del hombre dentro de la escuela y este deber se arroga  en una productividad más enfocada en la costumbre que en la virtud, la política justifica su fin mismo en el sujeto que entra de lleno a ser político dado que, citando a Aristóteles “es necesario ser un animal o un dios”, esto dentro de un estado tan frágil como el nuestro y con una teocracia aun latente hace que “la ética con sus inconscientes instintos pedagógicos y disciplinarios haya servido para anular el anhelo del poder y  vitupere al individuo tiránico”[xi].

 

Por último este adoctrinamiento del ser político se da en la vitalidad y aquí toma un rumbo diferente, se establece en esa voluntad de poder que hace que el hombre se desee así mismo, que se anhele, que se sueñe, que se disponga para esa vitalidad, el problema es que ya el hombre viene con un conflicto de poder que le cuesta entender, los significados le son muy ajenos y la vitalidad se quiere dar instintivamente pero la razón no le permite salir de ese cajón mental que se ha formado a través del discurso político.

 

Este discurso político hace las veces de satélite en el actuar del hombre, es decir, le avisa desde la razón que lo que está determinado a experimentar ya ha sido percibido por otros y que el resultado no es para nada bueno, por consiguiente el mal sale  de sus aposentos y se multiplica en todos los espacios donde se da el adoctrinamiento, es entonces cuando la vitalidad entra en una gran batalla contra el adoctrinamiento en sí, el hombre en su proceso formativo reconoce espacios donde su voluntad de poder es ejercida de manera mediática, pero en otros contextos de los mismos espacios su voluntad es domada por la legalidad que determina el poder del hombre superior que no es otra cosa que el Estado en sí mismo, algunos suelen aun llamar al Estado Dios, lo que no permite que el hombre evolucione ni en el pensar, ni en la ciencia, la verdad ya es una cosa dada, no se refuta, ante esto hay un solo ser, un ser adoctrinado, inmerso en las dualidades platónicas de la cotidianidad, pero se ha olvidado el mismo de su verdadera vitalidad, ha permitido que se doblegue su voluntad de poder y que solamente  se realice así mismo en pequeñas temporalidades, porque el Estado-Dios que conoce la naturaleza del hombre, -puesto que él la ha moldeado- no se permite dejar nada al azar, ya que, uno de sus pilares es el de ofrecer garantías al hombre para que su calidad de vida sea cada vez mejor y es en ese contexto, que se conglomeran los espacios del hombre donde se adoctrina al ser políticamente en un tiempo en el cual la evolución del mundo es vertiginosa y el andar del ser político demasiado lento.

 

Entonces me atrevo a afirmar que el hombre de este siglo tiene que enfrentar una gran lucha contra los modelos ideológicos impuestos por una tradición que no desea ser destronada bajo ningún pretexto y  va modificando  el devenir a su acomodo, es ese hombre superior, ese aristócrata dueño de la verdad, el verdadero dios, el creador de todo lo que el otro  hombre, el hombre gregario posee, no le permite el hombre superior desarrollarse en plenitud al gregario, le controla los ritmos, le genera falsas necesidades para mejorar la “calidad de vida”, induce y limita el pensar del hombre gregario, por que el, que no tiene miedo al devenir sabe que desde la correlación Estado-legalidad, la imposición del discurso político y una falsa moral determina el rumbo de muchos sin importarle el hombre en particular, el habla con la pluralidad y no con la particularidad, esto trae consigo una sequía que  crece en el hombre gregario que lucha contra los malos tiempos y espera las épocas de lluvia para tomar un nuevo aire, todo lo anterior en el espacio del desarrollo hace que el hombre se adoctrine en el esperar ser un verdadero ser, un ser  de vitalidad, no el cadáver que hoy es dentro de un mundo que cierra cada vez más las posibilidades del pensamiento como instinto creador de evolución.



 [i] ¿Qué es política?; Hannah Arendt; Ediciones Paidós.

 [ii] En el texto me utilizare el termino hombre sin distinción de género; N.A.

[iii] “Se llama experiencia a una gran cantidad de memoria o al recuerdo de muchas cosas. Por su parte, la imaginación se refiere exclusivamente a las cosas que han sido antes percibidas por el sentido, bien de una vez en su totalidad o bien por partes  en distintos momentos.” Leviatán; Thomas Hobbes; Editora Nacional.

[iv] Leviatán; Thomas Hobbes; Editora Nacional.

[v] “Un signo es el evento antecedente del consecuente y, a la inversa, el consecuente del antecedente cuando ya antes han sido observadas las consecuencias similares; cuanto más frecuentemente hayan sido observadas, menos incierto es el signo”. Leviatán; Thomas Hobbes; Editora Nacional.

[vi] Leviatán; Thomas Hobbes; Editora Nacional.

[vii] Estado es aquella comunidad humana que, dentro de un determinado territorio (el territorio es el elemento distintivo), reclama (con éxito) para sí el monopolio de la violencia física legítima”. Max Weber (1919): La política como vocación; Conferencia pronunciada, por invitación de la Asociación Libre de Estudiantes de Múnich, durante el invierno revolucionario de 1919.

[viii] La voluntad de poder; Friedrich Nietzche; Editorial Edaf.

[ix] Leviatán; Thomas Hobbes; Editora Nacional.

[x] La voluntad de poder; Friedrich Nietzche; Editorial Edaf.

[xi] La voluntad de poder; Friedrich Nietzche; Editorial Edaf.

 

 

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